martes, 9 de diciembre de 2014

Esguince cervical provocado por la práctica deportiva

Foto de tulesiondeportiva.com
El esguince cervical es la consecuencia de un movimiento repentino de la cabeza hacia atrás (hiperextensión) y hacia delante (hiperflexión). Provoca la compresión y el estiramiento de los ligamentos y músculos de la columna cervical. Suele suceder tras sufrir un accidente de tráfico por alcance posterior; pero también puede deberse a la práctica de deportes de riesgo o de contacto incluso en el gimnasio. Se conoce también como latigazo cervical debido a que el movimiento que realiza el cuello es similar al de un látigo en el aire.

SÍNTOMAS
El principal efecto que produce un esguince cervical es el dolor intenso de cuello. Suele aparecer horas o días después de sufrir el traumatismo y, por increíble que parezca, hasta varios años tras el accidente. Los síntomas más frecuentes son dolor, rigidez y pesadez de cuello con o sin hormigueo en los brazos, dolor de hombros y de la zona dorsal alta, cefalea, mareos, vértigos o zumbido en los oídos. Los peores síntomas que pueden dejarnos un latigazo cervical son, sin duda, los mareos. Éstos, además de ser incómodos, afectan a nuestra vida ordinaria y profesional.

CLASIFICACIÓN SEGÚN SU GRAVEDAD
Para realizar un pronóstico para valorar la gravedad de los trastornos derivados del latigazo cervical se utiliza la clasificación de Québec. Ésta es:
  • Grado 0: No hay síntomas del cuello ni signos físicos.
  • Grado 1: Síntomas del cuello (dolor, rigidez o dolor a la palpación) sin signos físicos
  •  Grado 2: Síntomas del cuello y signos musculo-esqueléticos.
    • 2a: Dolor en algunos puntos, movilidad cervical normal.
    • 2b: Dolor en algunos puntos, movilidad cervical restringida.
  • Grado 3: Síntomas de cuello y signos neurológicos: disminución o ausencia de los reflejos tendinosos profundos, debilidad y déficit sensitivo.
  • Grado 4: Síntomas del cuello y fractura o luxación cervical.

Foto de efdeportes.com
TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN
Lo más recomendable para su tratamiento es la realización de ejercicios de rehabilitación activos, debiendo evitar la inmovilización de la zona afectada. Se deben combinar con antiinflamatorios no esteroideos aunque su toma no consigue la mejora del 100% de la lesión. Durante la fase de rehabilitación han de realizarse ejercicios de fortalecimiento y resistencia, además de ejercicios de alta intensidad. Hay que conseguir dotar al cuello de su funcionalidad, o dicho en otras palabras, “encajar todas las vértebras y músculos de nuevo en su lugar”.
La fisioterapia previene el desarrollo de contracturas, espasmos, alivio de puntos de dolor y para mantener el equilibrio estático y dinámico del cuello.
Sólo en casos de dolor e incapacidad intratables, se hará uso de la cirugía para la recuperación de la lesión. Normalmente, en un 70% de los pacientes se consigue mejoría.

TRAS LA LESIÓN, MEJOR ACTIVIDAD
En conclusión, la mejor forma de recuperar la lesión es mediante una rehabilitación activa mediante ejercicios. No se aconseja limitar los movimientos cervicales en la recuperación. Evitar los bloqueos cervicales y nerviosos es fundamental, consiguiendo esto mediante tratamientos fisioterapéuticos y alternativos, siendo importante ponerse siempre en manos de profesionales.

Fuentes:
Tu lesión deportiva
Esguince cervical

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