Todos sabemos que la natación aporta múltiples beneficios
para el cuerpo humano, en especial para la columna. La flotabilidad que nos
ofrece el agua reduce el peso de nuestro cuerpo dentro de la piscina y, de esa
manera, se reduce la tensión que el cuerpo ejerce sobre nuestras vértebras.
Además se suavizan los impactos del movimiento que la columna debe absorber. Otro
beneficio del entrenamiento en piscina es que se desarrollan dos tercios de
todos los músculos del cuerpo.
Hay otros aspectos favorables para combatir el dolor gracias
a la presión del agua. Ésta ejerce un efecto masaje sobre los músculos que
ayuda a sanar las lesiones gracias a que mejora la circulación sanguínea. Por
otro lado, la resistencia del agua facilita el mantenimiento y el desarrollo de
la musculatura aliviando los movimientos bruscos y evitando el dolor que
produce estirar de manera excesiva los músculos.
Pero no todas las lesiones deben tratarse con ejercicio, ya
que en algunos casos se puede empeorar el problema.
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CARACTERÍSTICAS DE LOS PACIENTES CON DOLOR DE ESPALDA
Por lo general, el dolor crónico de espalda está relacionado
con tener una musculatura débil recubriendo la columna vertebral. Otra consecuencia
es una menor resistencia de los músculos a la fatiga en el trabajo. Este tipo
de personas no puede soportar el mismo peso en su columna que otras personas de
su misma constitución.
La forma de reducir el dolor es mejorando ambos aspectos.
ESTILOS DE NADO MÁS RECOMENDADOS
Foto de www.natacionpablopisano.com.ar |
Los ejercicios realizados tanto de crol como de espalda son
los más recomendados ya que se mantiene la columna en una postura natural y sin
forzarla. También, estos ejercicios pueden ayudar a corregir defectos de
curvatura. El crol es bueno siempre que no existan problemas de cuello,
mientras que los ejercicios de nado de espalda son beneficiosos para personas
que sufren dolor cervical al tener una carga de trabajo pequeña si se compara
con los ejercicios de crol. Nadar de espaldas no compromete las cervicales ni
ninguna zona vertebral.
Por el contrario, nadar a braza y, sobretodo, a mariposa
puede provocar lesiones.
LESIONES CAUSADAS POR LA NATACIÓN
Las lesiones más destacadas son las sufridas en los hombros,
en las rodillas y en la propia espalda.
En cuanto al hombro, el movimiento repetido de los brazos
puede provocar una inflamación de los tendones debido al rozamiento continuo al
que están sometidas las articulaciones. Esto desemboca en una tendinitis del
manguito rotador. Se recomienda reposo absoluto y frío en la parte superior.
El estilo braza es el principal causante de las lesiones de
rodilla. Los malos gestos al realizar una patada demasiado enérgica y un
movimiento forzado causan distensiones del ligamento lateral interno, lesiones
de menisco y tendinitis.
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Otro aspecto importante a tener en cuenta es la respiración.
La tendencia a mantener la cabeza fuera del agua puede provocar sobrecarga en
la zona cervical derivando en una torsión de la columna vertebral hacia arriba
que desemboca en problemas lumbares. Para las personas con dolor cervical que
sufren al realizar los movimientos de respiración es recomendable el uso del
tubo, evitando así el giro del cuello para tomar aire. Hay que atender también
al esfuerzo realizado por los músculos pectorales y así evitar lesiones en
ellos.
Se recomienda un buen fortalecimiento de la musculatura que
recubre nuestra columna además de un trabajo importante de flexibilidad en los
miembros.
NATACIÓN SI, PERO BAJO CONTROL
En definitiva, tanto si se padecen dolores de espalda como
si no, la natación aporta múltiples ventajas a nuestro cuerpo. Su práctica
previene lesiones y ayuda a recuperarse de éstas. Eso sí, no hay que olvidar
consultar con médicos, fisioterapeutas u otros especialistas antes de realizar
dichos ejercicios ya que pueden empeorar notablemente el daño sufrido.
Fuentes:
Combatir el dolor
Onmeda
Trainido
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